FITOMEDICINA

¿QUÉ ES LA FITOMEDICINA?

La Fitomedicina es una rama de la medicina que busca revertir los síntomas de las enfermedades con otro concepto, el concepto original de la medicina: con tratamientos que están basados en la prescripción de formulaciones herbales (plantas medicinales), que pueden mejorar la condición orgánica del paciente, anulando los síntomas y revirtiendo la causa orgánica que origina la patología que desea tratarse.
Es decir, la Fitomedicina trata las enfermedades de forma natural.

UN POCO DE HISTORIA (Los conocimientos heredados)

En principio, debemos saber y comprender, que las plantas no pueden disociarse de la historia de la humanidad. Ya en la historia antigua puede apreciarse su utilización en: la paja de las chozas, las fibras de una soga, de los tejidos, las tintas, que le daban color… y una gran cantidad de plantas con propiedades medicinales. Entre ellas, la Cola de Caballo (Equisetum Arvense L.),  una de las plantas más antiguas de la Tierra, que hace más de 400 millones de años, en la era paleozoica, formaba bosques enteros. Su aspecto es el reflejo de un tiempo lejano cuando la formación de las flores todavía no era posible y tenían una relación arcaica con el mundo mineral, el agua y la luz. Era el alimento de los dinosaurios.
Aportaba mucha más energía que las hierbas actuales, aunque hoy en día no está incluida en ninguna dieta animal por la dificultad de comer sus ramas, llenas de durísimos granos de Silicato capaces de romper los dientes.…

El ser humano ha utilizado las plantas con fines medicinales desde que vio y pudo descubrir el efecto curativo que la ingesta de éstas ejercían en los animales; una práctica que ha superado barreras culturales, temporales, religiosas y, especialmente, económicas.
En la actualidad, el uso de plantas medicinales se ha afianzado tanto en los países desarrollados, como en aquellos de menor grado de industrialización y economía en desarrollo, donde el acceso a los medicamentos en ocasiones constituye un bien al alcance de pocos.

Los vegetales proporcionan comida, ropa, cobijo, materiales de construcción y, especialmente, medicamentos naturales.

En la medicina popular escandinava (heredada de las tribus vikingas), se utiliza desde tiempos inmemoriales, una hierba que crece en las alturas y el frío extremo, llamada Raíz de Oro (Rhodolia Rosea), para aumentar la resistencia física, la productividad, la longevidad, la resistencia al “mal de altura” y tratar la fatiga, la depresión, la anemia, las enfermedades gastrointestinales, las infecciones y los trastornos del sistema nervioso.

En Asia Media, el té de Rhodiola Rosea fue el tratamiento más eficaz para el resfriado y la gripe a lo largo de los inviernos durante siglos. Sólo los miembros de algunas familias sabían dónde cosechar las «Raíces doradas» y cuáles eran los métodos de extracción.

Los siberianos transportaban secretamente la hierba por senderos antiguos, a las montañas del Cáucaso, donde se comercializaba a cambio de vinos georgianos, frutas, ajo y miel. Además, los emperadores chinos enviaron expediciones a Siberia para traer de vuelta la «Raíz de oro» para preparaciones medicinales.

Se trata de una droga que también era prescrita para el tratamiento de una enfermedad que hoy conocemos como: cáncer, y también la Tuberculosis, en Mongolia. En Siberia se empleaba para aumentar la fertilidad en las parejas de recién casados y fue empleada por los vikingos para aumentar su resistencia física.

La Maca (Lepidium Meyenii), es una planta empleada en la medicina tradicional, por las culturas indígenas de América del Sur. No solo por su alto valor nutricional, sino, por su uso medicinal. Especialmente como revitalizante, afrodisíaco y potenciador de la fertilidad. Los primeros conocimientos registrados datan del siglo XVII.

Crece en los Andes Centrales del Perú a una altitud superior a los 4000 metros, en zonas con intenso frío, alta cantidad de luz solar y vientos fuertes, donde se ha cultivado desde hace más de 2000 años.

En estudios recientes se observa que la Maca roja tiene propiedades beneficiosas sobre la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP).

A la Maca negra también han atribuídosele propiedades afrodisiacas y están realizándose estudios que señalan que la Maca amarilla tiene actividad antitumoral e inmunomoduladora, atribuída a la estimulación de macrófagos, incrementando la fagocitosis y la producción de óxido nítrico (NO), y otras células del sistema inmune.

El cultivo de la Maca se remonta aproximadamente a los años 5000 a 3800 antes de Cristo.

Fray Bernabé Cobo, en su obra «Historia del Nuevo Mundo» (1653) señala:

«La mitad de indios en el Perú no tienen otro pan que la Maca. Nace esta planta en el más áspero frío de la sierra, donde no se da otra planta alguna, de las que se cultivan para sustento de los hombres y, sólo en la provincia de Chinchaycocha, diócesis de Lima, se encuentra la raíz llamada Maca en la lengua de la naturaleza de aquella tierra, por mantenerse los naturales, con esta raíz no sólo no van a menos, como en las demás provincias frías del Perú, sino que se multiplican cada día más, para lo cual dicen tener virtudes estas raíces«.

En fin, el conocimiento del mundo vegetal y sus propiedades beneficiosas para el ser humano se remonta siglos atrás. Aunque en aquellos tiempos no existían ni métodos, ni medios de investigación para conocer la composición de una planta medicinal, sus drogas, ni el mecanismo de acción de sus principios activos, había tribus en las que distintas especies vegetales llegaban a ser las protagonistas de ofrendas a los dioses y rituales mágicos debido a las propiedades que atribuíanseles.

Con dióxido de carbono, agua, sol y sales minerales; las plantas fabrican moléculas a veces tan complejas, que ningún laboratorio es capaz de sintetizarlas.

Luego, con el desarrollo de la botánica, la química, la farmacia y la medicina, los conocimientos acerca de las plantas medicinales fueron sistematizándose y ellas ocuparon un lugar destacado en las farmacopeas. Las plantas medicinales en esta etapa constituían un importante recurso natural, pues los medicamentos (químicos), disponibles eran producidos a partir de éstas.

A medida que el estudio de la síntesis química avanzaba, los laboratorios producían moléculas cada vez más complejas. Sustancias que anteriormente sólo podían obtenerse a partir de fuentes naturales (las plantas), eran obtenidas por semisíntesis o síntesis total. Además, desarrolláronse modificaciones estructurales a moléculas de origen natural que, supuestamente, incrementaron así, su actividad biológica.

Claro que al mismo tiempo fueron constatándose los dañinos e inevitables efectos secundarios generados, principalmente, por los excipientes utilizados en la elaboración de los medicamentos.

De esta forma, y a pesar de ésta cuestión, los medicamentos de origen sintético fueron desplazando a las plantas medicinales.

El uso de plantas como medicamentos a través de los siglos ha derivado en el descubrimiento de un importante número de drogas de origen vegetal que han sido aprobadas como medicamentos, entre los cuales destacan el antimalárico Artemisinina (extraído de la famila Artemisa), el antiinflamatorio Curcumina (extraído de la Cúrcuma), el analgésico ácido acetilsalicílico (extraído del Sauce), la Digoxina (extraída de la especie Digitalis Lanata), utilizada en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, la Silimarina (extraída del Cardo Mariano), un importante agente hepatoprotector, la Galantamina (extraída de la especie  Galanthus Woronowii), utilizada en la enfermedad de Alzheimer y los antitumorales Paclitaxel (extraído de la especie Tejo del Pacífico), Resveratrol (extraído de la Uva), Vincristina y Vinblastina (extraídos de la Vinca Pervinca), etc.

Fray Bernabé Cobo, en su obra «Historia del Nuevo Mundo» (1653) señala:

«La mitad de indios en el Perú no tienen otro pan que la Maca. Nace esta planta en el más áspero frío de la sierra, donde no se da otra planta alguna, de las que se cultivan para sustento de los hombres y, sólo en la provincia de Chinchaycocha, diócesis de Lima, se encuentra la raíz llamada Maca en la lengua de la naturaleza de aquella tierra, por mantenerse los naturales, con esta raíz no sólo no van a menos, como en las demás provincias frías del Perú, sino que se multiplican cada día más, para lo cual dicen tener virtudes estas raíces«.

En fin, el conocimiento del mundo vegetal y sus propiedades beneficiosas para el ser humano se remonta siglos atrás. Aunque en aquellos tiempos no existían ni métodos, ni medios de investigación para conocer la composición de una planta medicinal, sus drogas, ni el mecanismo de acción de sus principios activos, había tribus en las que distintas especies vegetales llegaban a ser las protagonistas de ofrendas a los dioses y rituales mágicos debido a las propiedades que atribuíanseles.

Con dióxido de carbono, agua, sol y sales minerales; las plantas fabrican moléculas a veces tan complejas, que ningún laboratorio es capaz de sintetizarlas.

Luego, con el desarrollo de la botánica, la química, la farmacia y la medicina, los conocimientos acerca de las plantas medicinales fueron sistematizándose y ellas ocuparon un lugar destacado en las farmacopeas. Las plantas medicinales en esta etapa constituían un importante recurso natural, pues los medicamentos (químicos), disponibles eran producidos a partir de éstas.

A medida que el estudio de la síntesis química avanzaba, los laboratorios producían moléculas cada vez más complejas. Sustancias que anteriormente sólo podían obtenerse a partir de fuentes naturales (las plantas), eran obtenidas por semisíntesis o síntesis total. Además, desarrolláronse modificaciones estructurales a moléculas de origen natural que, supuestamente, incrementaron así, su actividad biológica.

Claro que al mismo tiempo fueron constatándose los dañinos e inevitables efectos secundarios generados, principalmente, por los excipientes utilizados en la elaboración de los medicamentos.

De esta forma, y a pesar de ésta cuestión, los medicamentos de origen sintético fueron desplazando a las plantas medicinales.

El uso de plantas como medicamentos a través de los siglos ha derivado en el descubrimiento de un importante número de drogas de origen vegetal que han sido aprobadas como medicamentos, entre los cuales destacan el antimalárico Artemisinina (extraído de la famila Artemisa), el antiinflamatorio Curcumina (extraído de la Cúrcuma), el analgésico ácido acetilsalicílico (extraído del Sauce), la Digoxina (extraída de la especie Digitalis Lanata), utilizada en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, la Silimarina (extraída del Cardo Mariano), un importante agente hepatoprotector, la Galantamina (extraída de la especie  Galanthus Woronowii), utilizada en la enfermedad de Alzheimer y los antitumorales Paclitaxel (extraído de la especie Tejo del Pacífico), Resveratrol (extraído de la Uva), Vincristina y Vinblastina (extraídos de la Vinca Pervinca), etc.

Entonces, ridículamente, para que el ámbito académico aceptara el uso ancestral de las hierbas medicinales (lo que en escencia había dado origen a la existencia misma de dicho ámbito -leer el controversial Informe Flexner-), debió cursarse un largo derrotero para validar científicamente cada uso empírico que atribuíaseles. Fue así que comenzaron a hacerse rigurosos estudios en animales, ensayos clínicos, estudios toxicológicos, cuantificación de principios activos y demás, que dieron origen así, a la ciencia que hoy conocemos como Farmacognosia (aunque de todas formas, no todas las hierbas medicinales están avaladas).

De este modo, llegamos a la Fitomedicina, que establece un paso superior en términos de jerarquía a la fitoterapia convencional, permitiendo validar con lenguaje científico, cada uno de los atributos de las plantas medicinales, que otrora se sustentaban únicamente por el uso tradicional que les daban (aún hoy), los pueblos originarios o nativos, de cada continente. Es así que la Fitomedicina proporciona remedios para la población, con todos los rigores de la medicina basada en la evidencia, brindando al paciente Seguridad, Eficacia y Calidad, tres conceptos que rigen la actual terapéutica del siglo XXI inherente a cualquier remedio convencional.

Esto quiere decir que, aunque sobre ésta terapia o tratamiento no exista mucha información debido a que no se difunde masivamente y la gente la desconozca, está respaldada por esta ciencia que estudia las plantas medicinales y sus efectos terapéuticos, o sea, la Farmacognosia, y su aplicación mediante la Fitomedicina (fito=planta, medicina=curar, es decir, curar con plantas -en lugar de fármacos químicos-).

ESTO ES FITOMEDICINA.

No es un invento, charlatanería, ni ciencia ficción, ni un cuento de hadas, ni magia, es… ciencia aplicada (estudiada y comprobada).

Por consiguiente y según ésta materia (la medicina más antigua del mundo -ejercida por Hipócrates-), un médico debería prescribir tratamientos con preparados o fórmulas a base de plantas medicinales (como se hacía en Alemania hasta el año 2011), y no, de medicamentos químicos que no curan de forma completa y solo dañan aún más nuestro organismo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 75% de la población mundial depende casi exclusivamente del uso de las plantas para el cuidado de la salud.

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